domingo, 25 de enero de 2009

Sergio Sánchez

El ejecutivo del capote. A San Fermín, nuestro querido Santo, le debieran proclamar patrono de las compañías aseguradoras. Se lo ha ganado a pulso, convirtiendo su capotillo en el mejor seguro de vida para los corredores de encierros. Sin quitarle mérito, y con todo respeto, estoy convencido de que el muy "pícaro" hace trampas; está en otra dimensión, ve lo que va a pasar y actúa. Vamos, que juega con ventaja y siempre se guarda ases en la manga. Uno de esos ases que tiene el santo es el Cirbonero de 40 años Sergio Sánchez, ex matador de toros, alto ejecutivo de la compañía aseguradora Mapfre, y doblador de encierros en Tudela y Pamplona.
Sin duda, junto con los pastores, y los otros tres dobladores, la mano derecha del santo para los encierros, un experto en cuidar la vida de los corredores. El mundo del toro en el que comenzó con 14 años matando un becerro, le hizo matador durante 10 y le proporcionó amigos eternos, le forjó también como hombre en valores como la responsabilidad el compromiso y la seriedad.
Dice que se siente más a gusto con el traje de ejecutivo que con el de luces, porque se pasa menos miedo, pero que con ambos hay que ser serio y sincero "No puedes engañar ni al toro ni al cliente, porque ambos te acaban pillando". A diferencia del despacho de Tudela, en el encierro, como doblador, asegura la vida de otros arriesgando la suya propia. Eso, en los Estados Unidos lo llamarían héroe o valiente tapándole el pecho con medallas y condecoraciones. Seguro que si Sergio fuese yankee, su capote tendría más condecoraciones, honores y galardones que la capa de cualquier tuno español.



Publicado en Diario de Navarra el 25 enero de 2009.
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domingo, 18 de enero de 2009

Xabier Landa

Fotógrafo, cocinero, diseñador...y baztanés. Hay una raza especial de individuos que tienen la capacidad y el salero de sembrar en diferentes huertas, y recolectar siempre frutos con sabor y calidad. Es gente especial, donde la haya, y escasa. En Irurita, donde nació hace medio siglo, le sembraron y regaron para crecer en la sensibilidad. Tocaba el piano y pintaba cuadros a los 7 años, y su aita, el inventor, le obligaba a cortar la leña con escuadra y cartabón para acariciar lo perfecto en lo cotidiano. Su madre, que tenía un taller de 20 modistillas, zurció en su carácter el saber mirar y el buen gusto. Como buen baztanés, (son aventureros y emprendedores), con sangre agote por sus venas, e inquieto y curioso como una portera, cogió una máquina de fotos y se hizo fotoperiodista, especializándose y brillando en casi todo. A Jorge Oteiza le gustaban sus fotos, le hizo su fotógrafo y entre ambos lograron fundirse en una aleación de amistad eterna, a tal punto que, hasta su muerte, rezaban el rosario juntos todos los días. Por cambiar de huerta, como decía al principio, aprendió cocina con Arguiñano y otros, y montó en su Irurita natal el restaurante La Taberna del Fotógrafo, que convirtió durante 10 años en un cenáculo de gastrónomos, culturetas y gente vip que tenía que pedir reserva con recomendación. En la actualidad, desde hace unos años, riega una empresa de diseño y comunicación especializada en gastronomía, siendo de los pocos fotógrafos, si no el único, que cocina los platos que tiene que fotografiar, y sus clientes demandan sus fotos de medio mundo. Él dice que todo este recorrido no habría tenido luz ni color sin Carmen García Romero, Maika, la periodista que le ha puesto letra a sus contenidos, su mujer, socia y compañera de huertas.
Publicado en Diario de Navarra el 18 enero de 2009.
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domingo, 11 de enero de 2009

Iñaki Fresán

El barítono. Pensarán que tener en la escalera un barítono que ensaya 5 horas diarias tiene que ser como para cortarse las venas cada mañana con la cuchilla de afeitar, mientras intentas ahogarte con el zumo de naranja, por si falla lo de la navaja. Pues no. Tiene a sus vecinos de Madrid encantados. Los niños se duermen, las abuelas le aplauden por la escalera cuando les regala con música de zarzuela, incluso algunos le hacen segundas voces mientras tienden la colada. Este es Fresán, pamplonés de Beire de 52 años, la alegría en forma de voz cálida, acogedora y envolvente. Un músico de instrumento natural que se ha forjado a sí mismo, y que sin las influencias de los medios, aunque estudió periodismo, ni los divismos del ramo, es reconocido internacionalmente si bien todavía, no sea profeta en su tierra, en su Navarra. Así suele pasar, y con razón dice que ser músico en España, es como ser torero en Finlandia. Su madre le cantaba antes de nacer, y todavía a gatas, su familia dice que ya entonaba. Estudió música en el conservatorio y la soprano Victoria de los Ángeles fue su Yoda en lo del bel canto, y así en 1975 comenzaron los conciertos, los viajes, los premios, el aprender alemán, italiano, francés y hasta ruso. Aunque hace 3 óperas al año, se encuentra más libre y cómodo con los 30 recitales u oratorios que hace por temporada. Nuestro cantante, además de alegre y vital, es un tipo elegante. Es tan refinado que incluso en alguna cena tras el concierto, en compañía de reyes, presidentes o aristócratas adinerados de sangre roja, le han pedido copas confundiéndole con el camarero. Ya saben, si le ven de pingüino, como en la foto, por favor, no le pregunten donde está el baño, pídanle que les regale un trocito de su voz.
Publicado en Diario de Navarra el 11 de enero de 2009.
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