domingo, 28 de diciembre de 2008

Javier Armentia

El Astrofísico. Hace sólo 15.000 millones de años, en una infinitésima parte de un segundo; del primer segundo, se formó un plasma de quarks-gluones en frenética danza relativista. De aquel delirante baile, la pareja del espacio y el tiempo, cogidos de la mano iniciaron una carrera de expansión que todavía no ha concluido. Era el BIG BANG, el inicio de algo que nunca antes había existido, de nuestro comienzo. De aquel momento que sólo era potencialidad surgió un ser humano en Vitoria, en el año cristiano de 1962. Era Javier Armentia, astrofísico de profesión y director del planetario de Pamplona desde 1990. Se podría pensar que su vida gira sólo en torno a supernovas, estrellas enanas, agujeros negros y materia oscura, pero Javier no es el profesor chiflado, ni está en la Luna, tiene los pies en el Planeta Azul y ha logrado hacer del planetario un centro multicultural rico en exposiciones y visitas, 3 millones en 15 años. Armentia ha heredado una personalidad electromagnética de aquel frenético big bang. Expande su tiempo por todo. Es columnista de prensa, colaborador en medios audiovisuales, tertuliano y paladín de la ciencia a través de su revista El Escéptico. Quizás por brillar de esta manera, como una estrella, ha generado admiradores, pero también detractores que le acusan de casi todo, incluso de intoxicador. A él le da igual, es así, y así es feliz. Ahora, en vísperas del año internacional de la astronomía, prepara su obra estrella: Evolución, una película digital realizada en el planetario, que explicará la evolución del cielo y se estrenará en abril en 10 planetarios. El admirador de Einstein, que se sigue sorprendiendo cuando pasea por la Vía Láctea, se siente cómodo como ateo, y piensa que toda esa maravilla es fruto de las cuatro grandes fuerzas que mantienen el universo. Que las estrellas les traigan buen año.
Publicado en Diario de Navarra el 28 de diciembre de 2008.
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