domingo, 28 de junio de 2009

La sombra del fotógrafo

La sombra del fotógrafo es alargada. Los momenticos y las tribus sanfermineras siempre me han llamado la atención en San Fermín. Las tribus son grupos homogéneos en costumbres y comportamientos, que hacen todos los años las mismas cosas en los mismos lugares. Hay un montón: taurinos, munipas, carteristas, picadores, camatas... y, también, la de los fotófrafos de encierros. Unos 180 individuos que cada mañana, cámara en ristre se reparten entre vallados y primeros pisos dispuestos a ejecutar su ritual, más por vicio que por obligación. Sin duda un colectivo diverso y peculiar. Hay de todo, desde fotógrafos asociados eternamente a un poste, hasta enfermos que a las 5 ya están en la curva de Mercaderes esperando para pillar sitio, o bien suicidas que arriesgan 6.000€ de cámara para que una pezuña rebelde se la haga añicos. El día 14, después del último encierro quedamos todos en el callejón para hacernos una foto de familia. Nada más parecido a una banda de piratas del siglo XVIII, pero eso sí, con el orgullo de considerarnos autores de la historia gráfica de nuestro encierro. Así que, ahora que pienso, como en San Fermín se pone banda y medallas a todo el mundo, no estaría de más que se acordara alguien de nosotros. No sé, se podía hacer algo como lo del paseo ese de la fama de Hollywood, donde las estrellas dejan su huella esculpida en el cemento. Aquí podríamos hacer algo parecido en el callejón y matar dos pájaros de un tiro. Por un lado tendríamos las huellas de corredores consagrados como Atanasio, Lecuona, o incluso la del codo de Julen Madina, y por otro, en el vallado, dedicar los postes a fotógrafos eméritos como Zubieta, Roldan, Mena, Javier Retegui, Zaragueta, Galle, Juanito Gomez, Carlos Calleja... Fotógrafos que con sus imágenes han dejado ventanas abiertas al pasado de nuestro encierro. Nos quedaría un callejón muy mono y muy turístico, con Hemingway al lado, y a un tiro de piedra del museo de nuestra fiesta. Que tengan buen verano y disfruten de las fiestas, allá donde les toque.
Publicado en Diario de Navarra el 28 junio de 2009.

domingo, 21 de junio de 2009

Javier Hermosilla Noain

El corredor de encierros. El Casco Viejo de su Iruña natal es como una prolongación del salón de su casa. Todo el mundo le conoce, le saluda o le para, y para todos tiene siempre puesta su sonrisa. La calle Nueva le vio nacer hace 63 Sanfermines y, quizá por la proximidad al recorrido, con 14 años ya se asomó a probar el encierro de la Estafeta y, a los 16, Manolo Nagore y otros le abrieron la puerta de Santo Domingo, enseñándole los trucos de LA CUESTA, en la que con el tiempo se convertiría en toda una institución. De entonces a hoy, esa mágica adicción a correr no le ha perdonado ni un encierro. En esa cuesta descubrió todo un mundo, un encierro diferente, donde se pasaba lista, se cantaba al Santo mirando al cielo y donde todos se conocían y ayudaban. Unos valores y costumbres que él ha procurado mantener. Hoy en día, según dice, en Santo Domingo se siguen manteniendo esos principios: “Aquí no hay codazos para salir en la foto ni protagonismos mediáticos, es un encierro en su pura esencia. Es una carrera explosiva, de pocos segundos y metros, a velocidad de vértigo y con muchas posibilidades de salir volando. Aunque lo mejor de todo es el compañerismo y las personas. Un encierro genuino, donde todavía se corre en blanco y rojo”. Para estar en forma y correr ‘sus’ encierros, también va a los de Tafalla y Sangüesa, pero sobre todo, por filosofía de vida, hace atletismo, juega a pala, sube monte y corre maratones. Además, como tiene buena voz, es de esos ‘cantamañanas’ que, colgados de un farol, despiertan a la gente diciendo que son auroros. Cuando no corre, entrena o canta, el guarnicionero de profesión, ahora prejubilado, hace algo que me da envidia, y supongo que a alguno de ustedes también. Como voluntario de Ademna, cuida enfermos de esclerosis múltiple: los trae, los lleva, les canta, juega con ellos, les vacila... los zarandea y les alegra el espíritu, mientras ayuda a mover sus cuerpos.
Publicado en Diario de Navarra el 21 junio de 2009.




domingo, 14 de junio de 2009

Miguel Angel Argal

Alma y motor de Medicus Mundi. La historia nos juzgará. Juzgará nuestra época con más severidad con la que nosotros ahora repudiamos la esclavitud de los siglos pasados. A diferencia de aquellos explotadores, que al menos alimentaban a sus esclavos, nuestra sociedad, nadando en la abundancia, alimenta antes a sus mascotas domésticas que a sus hermanos de especie, a los que deja morir de hambre, de enfermedad y retraso evolutivo. Lo nuestro es una enfermedad social, voluntariamente aceptada, un monumento a nuestra vergüenza. Ideas como esta forman la columna vertebral del pensamiento de aquel sacerdote pamplonés, doctor en teología, con seis idiomas en la cabeza, que cuando fue a Ruanda a ver a sus colegas navarros misioneros en Nemba, tubo claro que debía cambiar la teología tradicional por la proximidad al necesitado, decidiéndose a fundar Medicus Mundi Navarra para gestionar el hospital de Nemba, que construyó la diócesis de Pamplona. Era 1972, tenía 38 años, y todo este tiempo ha sido el motor que ha alimentado y guiado esta pionera ONG. También fue presidente de Medicus Mundi internacional, etc. etc, pero lo que más impacta de su personalidad es la claridad y frescura de sus ideas. Dice que falta mucho tiempo, varias generaciones para acabar con esta lacra de desigualdad, pero que llegará. Le asombra la inmensa diversidad del ser humano, y a su vez la coincidencia universal de valores básicos que hay dentro de todos ellos, y piensa que en el futuro, las personas serán DESPIERTAS y las religiones se habrán transformado en caminos a la experiencia de la realidad. Ahora, ante la crisis que aplasta a los más pobres, los que tenemos algo – dice -,debemos duplicar la solidaridad y, pensar no sólo en los de allí, sino también en los de aquí.

Publicado en Diario de Navarra el 14 junio de 2009.




domingo, 7 de junio de 2009

José María Muñoz Berrio

Patriarca Gitano del Casco Viejo de Pamplona. Los mariscales, generales y alcaldes, incluso nuestro vecino el lehendakari Patxi López, ostentan y lucen vara o bastón de mando. Es un símbolo de poder y autoridad, basado generalmente en la fuerza o en la ley. José Mari, como patriarca gitano, también lleva vara de mando, pero su poder es diferente; no está basado ni en la fuerza ni en la ley. Su autoridad es más pura, quizá superior, es una autoridad moral que emana de la sabiduría y la experiencia de quien la ejerce, así como del respeto de quien la recibe y la asume como lección magistral. Un ejemplo de autoridad que los payos todavía no hemos descubierto. Hoy en día sigue siendo un misterio el origen del pueblo gitano. Para unos es la India, mientras que otros piensan que descienden de una de las tribus perdidas de Israel. Lo que está fuera de dudas es que nuestro José Mari nació en la calle de la Merced, hace ahora 66 años, fruto de varias generaciones de navarros, de lo que presume y está orgulloso. Como también presume de Antonia Berrio, su mujer, de la que dice que es la mejor esposa y madre que existe, y que le ha regalado con 6 hijos, 25 nietos y 25 biznietos a los que ha sacado adelante trabajando en los negocios de la chatarra y la construcción a lo largo de toda su vida. El patriarca es además un hombre profundamente cristiano. “ALLI DONDE LO NECESITAN, ALLI ESTÁ”. Ésa es su máxima, y se esfuerza y esmera por solucionar los problemas gitanos sin que salgan fuera. Dice que los payos le han ayudado mucho, pero él también ayuda a los payos. A sus espaldas, le llaman EL HOMBRE DE LA PAZ y en el bolsillo lleva siempre consigo la llave de la ciudad que un día Yolanda Barcina le entregó por su ayuda y colaboración a edificar una Pamplona mejor.

Publicado en Diario de Navarra el 7 junio de 2009.




domingo, 24 de mayo de 2009

TINTIN

Una aventura en los Sanfermines. No se lo van a creer... Tampoco yo daba crédito. No podía ser cierto lo que veían mis ojos. Eran Tintín y su fiel Milú, paseando por las obras de montaje de la tómbola, de la mano de un desconocido que parecía estar mostrándoles la ciudad. Afortunadamente llevaba mi cámara encima, así que di un salto y le sacudí unas placas, porque luego, ya se sabe, estas cosas si no las documentas, las cuentas y no te las cree nadie. Aunque el belga acaba de cumplir los 80, le vi como siempre, con esa edad indefinida que roza la eterna juventud. Su visita a Pamplona no es casual. Él siempre quiso tener una aventura en San Fermín. De hecho, ya tiene ‘apañao’ parte del argumento. La 24 aventura de Tintín estaría ambientada, por supuesto, en los sanfermines, y basada en la profunda amistad del escritor Ernest Hemingway con el capitan Haddock, que compartirían continuamente barra y terraza de los bares de la Plaza del Castillo, en torno al tintorro navarro y el whisky escocés. El secuestro del premio nóbel por parte de un grupo terrorista sería el eje de la aventura, en la que, al margen de tener un final feliz, con foto de familia en el salón del trono de la ‘dipu’ en la última viñeta, nos mostraría a nuestro héroe corriendo en la Estafeta delante de toros y cabestros. Milú ladraría a los gigantes; la Castafiore llenaría el Gayarre con lo más florido de la sociedad pamplonesa, los PTV del momento; el profesor Tornasol confundiría a Caravinagre con Napoleón el auténtico y, Hernández y Fernández, junto a los munipas, correrían detrás de los mansos para dar caza, sin éxito, a los secuestradores. Todo un argumentazo... Spielberg todavía está a tiempo de cambiar el guión de su nueva película. El caso es que al pobre Tintín lo que le falta es dibujante y el Hergé palmó anteayer. Yo, por echarle una mano, además de pedirle un autógrafo, le he aconsejado que hable con César Oroz, pero no sé en qué quedará todo este lío.
Publicado en Diario de Navarra el 24 mayo de 2009.




viernes, 22 de mayo de 2009

Javier Del Río

El escultor de luz. A sus 67 años, todavía le queda un marcado acento de su pueblo natal, Lerín, (ése que el 3 lo pronuncian ‘ches’), y eso que tan sólo con 15 años ya vino a Pamplona a estudiar en la Escuela de Artes y Oficios, y aquí se quedó. En aquella escuela, como en la película de ‘La historia interminable’, el chaval descubrió un libro mágico de cristales de colores y catedrales medievales en el que quedó atrapado. Su imaginación, volando a través de las páginas de aquel volumen encantado, le hizo intuir que las vidrieras podían llegar a ser arte, además de una forma de expresarse a través de la luz. Así que decidió hacerse vidriero, pero aquello tan raro ni se podía estudiar ni te lo enseñaban. Con curiosidad y tesón, encontró un compendio medieval del siglo XII, en donde el monje Teófilo, como en los libros de cocina de hoy en día, explicaba, paso a paso y con dibujos, los secretos y recetas del vidrio y el plomo, y así aprendió. Sus clientes son tan variopintos como sus trabajos y, además de compradores particulares, en su estudio se mezclan monjes de clausura con arquitectos de diseño, párrocos atrevidos o decoradores ilustrados, entre otros, para solicitar su ‘savoir faire’. Viajero incansable, sus puzzles de colores están por medio mundo: India, Hong-Kong... el más grande, equivalente a dos VPO de 90, o seis pisitos de los de Zapatero, lo tiene en San Salvador. De todos ellos, él se queda con el del privilegio de la unión, del salón de plenos de Pamplona, o el de la parroquia de San Alberto Magno, también en Pamplona. Afirma que la vidriera es cambiante. Varía de la mañana a la tarde, con la orientación y, por supuesto, con la diferente luz que hay en cada zona del planeta, por lo que hay que adaptarlas a su contexto. Con todas estas variables, Del Río hace arte cuando obliga y doblega a la luz a pasar a través de sus cristales, formando esculturas de luz que logran perfumar de color y sensaciones lo que está al otro lado.
Publicado en Diario de Navarra el 17 mayo de 2009.




domingo, 17 de mayo de 2009

Fernando Redón

El perejil de todas las salsas. “Qué daría yo ahora por poder compartir este momento con mis padres, después de transmitirme valores para mi tan importantes como el amor a la naturaleza y a las artes, al trabajo bien hecho y a considerar la bondad como la más grande de todas las virtudes...” Con estas palabras, recibía y agradecía hace ahora cinco años Fernando Redón el premio Príncipe de Viana de la cultura, de manos de Felipe, en la explanada de nuestra abadía de Leyre. Palabras que no pueden ser más justas. Dicen que la infancia es la verdadera patria de los hombres, y la de Redón, aunque espartana en la educación, fue de lujo. En aquella casa de las hiedras de Carlos III, donde nació en el 29, la de su abuelo Serapio Huici ( empresario y emprendedor), todos los mayores eran licenciados; René Petit era como su segundo padre, y Ortega y Gasset se paseaba por la mansión sembrando conocimiento y cultura para el que quisiera apreciarlo. Con esa pócima que bebió de joven se hizo arquitecto, rompió moldes sacando a Pamplona del oscurantismo arquitectónico, y como no, la Navarra profunda, la que siempre dice:” Eso en Pamplona, no...”, le intentó quemar en la hoguera en varias ocasiones, tachándole de “terrorista de la arquitectura”. Como a Galileo, Copérnico o Miguel Ángel, el tiempo le puso en su sitio. Cito a éstos, porque Redón ha sido un boy scout del humanismo, y su curiosidad insaciable hacia la cultura en todas sus dimensiones le ha llevado a brillar en fotografía, pintura, dibujo, diseño, edición de libros; recupero los esmaltes de Aralar cuando fue director de Príncipe de Viana, metió un bosque de hayas en nuestro pabellón de la expo universal... me agota. Ahora, mientras sus quintos se distraen con las obras de la Barcina, el perejil creativo, que así le llamaba su madre, sigue pintando, viajando, y sobre todo, disfrutando y admirándose de una naturaleza que aunque se le escapa de la comprensión, le sigue asombrando cada día. No me digan, que no tiene un aire a Leonardo.
http://www.retratosafilados.blogspot.com/
Publicado en Diario de Navarra el 10 mayode 2009.




domingo, 3 de mayo de 2009

Julián Retegui

El coleccionista de txapelas. ¿Qué habríamos hecho cualquiera de nosotros de haber nacido en 1954 en un pueblecito pequeño como Eratsun, sumergido entre valles de eternos y neblinosos bosques en donde las dos paredes del frontón fuesen el único corazón social del pueblo, estando además nuestra casa justo enfrente a este salón popular? Pues eso, jugar a pelota. Así que nuestro Julián, de txiki, con 3 ó 4 años ya empezó a acariciar aquellas paredes con medidos pelotazos y, con sus ojillos vivarachos que se fijaban en todo y que le acompañarían a lo largo de toda su vida, VEIA Y APRENDIA lo que le enseñaba su tío Juan Ignacio, el mítico Retegui I. Estudió, trabajo en Papelera de Leitza y se fue a cortar leña en los Alpes, según él, porque le pagaban una fortuna. Por suerte, dejó el hacha y su tío y Martín Ezcurra, que ya veían en él buenas maneras, le empujaron al mundo de la competición. Y triunfó. Fueron 27 años de gloria. Hoy en día, 8 años después de su brillante retirada, el mundo pelotazale sigue sin explicarse el fenómeno Retegui II, un récord histórico de títulos, imposible de repetir. Quizá podamos intuir dónde radicaba el secreto. Julián Retegui, alias Retegui II, recibió cualidades de la naturaleza y supo optimizarlas en la cancha. En el frontón hay que jugar con EL PODER, LA TÉCNICA y EL MOVIMIENTO. Julián añadía a estas tres variables la inteligencia, con lo cual modificaba aquellas en función del adversario. También sabía que mantener la moral alta era fundamental para no venirse abajo, y construyó una herramienta psicológica de doble filo. En la cancha o DOMINAS EL JUEGO, o DOMINAS EL FRONTÓN, de manera que si fallaba en una, se apoyaba en la otra y, así, su moral casi nunca flaqueaba. Astuto como la serpiente, pero sencillo como la paloma, decían que era frío, que no se emocionaba, pero no es cierto: “Yo también he llorado, pero me lo quedaba dentro. En aquellos momentos, me habría gustado abrir los brazos y de un golpe, abrazar a todo el frontón”. Se me olvidaba, el txiki de 4 años acabó ganando 11 campeonatos del manomanista, 5 de parejas y 4 del cuatro y medio. Aplausos
Publicado en Diario de Navarra el 3 mayo de 2009.




domingo, 26 de abril de 2009

Valentín Redín

El Mago de la Escena. ¡¡ATENCIÓN!!.EJERCICIO DE TERAPIA DE GRUPO PARA EJECUTIVOS Y ALTOS CARGOS. Supongamos que es usted jefe de protocolo del Ayuntamiento de Pamplona. Estamos en un domingo de San Fermín. Tiene contratada una comilona para 150 comensales, alcalde incluido y, una hora antes, le comunican que la empresa que servía el ´catering` se ha confundido de fecha, está cerrada y no hay comida. Los más triperos ya están merodeando el comedor de la ciudadela, relamiéndose los piños. ¿Cómo resolverían el problema? Complicado, ¿eh? Pues miren, Valentín se vio en ese trance y salió a hombros y por la puerta grande. A las 3.30 de la tarde estaban todos comiendo y sólo se enteró el alcalde, cuando se estaba echando un wishky, el de la sobremesa. Después de lo de Jesús con los panes y los peces, no se conoce un tema tan bien resuelto como este, y de hecho, ya consta en los manuales de protocolo, como ‘El Caso Redín’. Como Nelson en el agua o Napoleón en tierra, Valentín siempre ha controlado los escenarios donde le ha tocado actuar. Con 4 años, en 1947, subió al primero de ellos, el de las monjas del Sagrado Corazón, para recitar la poesía del Gatito Serafín. Luego vino jesuitas, el instituto, filosofía y letras, funcionario del ayuntamiento en puestos creativos de cultura y protocolo, gerente del Gayarre y jefe de gabinete del presidente del parlamento. En todos estos puestos y años brilló como un hombre de recursos, con los bolsillos siempre repletos de imaginación y sus mangas llenas de ases y comodines para servir siempre un buen juego. Pero sin duda donde mejor ha jugado sus cartas es en los escenarios del teatro y el espectáculo. Envuelto en su bufanda, creó en 1970 el grupo de teatro El Lebrel Blanco, todo un referente y, en 30 años de actividad, nuestro pamplonés escribe, adapta y dirige más de 60 montajes teatrales, se inventa los festivales de Navarra y llena sus escenarios de premios y aplausos. Mueve los gigantes y la comparsa como quien saca el perro a pasear, y con ellos consigue las dos realizaciones más importantes como director escénico en Santiago de Compostela y Amalur en la expo de Sevilla, con más de 300 personas en el escenario moviéndose a su ritmo. También ha escrito novela histórica y, como no puede parar, ahora, jubilado a la orilla del mar, nos prepara otra, de concejalas y concejales.
Publicado en Diario de Navarra el 26 abril de 2009.
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domingo, 19 de abril de 2009

José Miguel Araiz -RASTROJO-

Un ángel de la guarda en el encierro. Los niños creen en los ángeles de la guarda. Yo me los imaginaba rubios, etéreos, luminosos y curiosamente, sin alas. Ahora, con algo más edad, sigo creyendo en estos seres y, aunque no soy experto en angelología(1), intuyo que a veces se sirven de los humanos para proteger a otros humanos. Quizá Rastrojo, natural de Caparroso y con 57 cosechas a sus espaldas, sea uno de estos casos, y sin él percibirlo, y con esa cara de niño travieso de pueblo, sea utilizado como ángel custodio para salvar vidas de corredores de encierros, mientras él arriesga la suya propia. Cuenta que la primera vez que vio reses bravas se escondió durante más de dos horas, huyendo del miedo, pero con 16 años ya estaba enredando con las vacas de Macua, y con 21 le ofrecieron ser pastor en el encierro de Pamplona, y hasta ahora. Ya lleva 36 sanfermines y 285 encierros. La temporada de José Miguel comienza pasada la Navidad, corriendo y entrenando todos los días. No fuma, no bebe, y desde que comienza la cosecha, hasta que acaba la vendimia, no para de proteger y ayudar a corredores y recortadores con su inseparable vara de fresno, ejerciendo de pastor o director de lidia. Como los héroes épicos, su historia está llena de leyendas. En Pamplona, cuando era más joven, dicen, y es verdad, que un día se llevó el solito a un toro suelto desde Santo Domingo hasta la plaza. El que entienda, ya sabe de qué hablamos. Además de todo esto, que es lo que le gusta, Rastrojo es agricultor de regadío. Los bichos le han propinado 5 cornadas, pero a él le duelen más las que reciben los agricultores desde el ministerio o los grandes intermediarios. “Son de esas cornadas que te las clavan y no sangras, pero duelen más que las otras”.
(1)Angelología: rama de la teología que se ocupa de los ángeles.
Publicado en Diario de Navarra el 19 abril de 2009.
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domingo, 12 de abril de 2009

Maria Angeles Mezquiriz

Una arqueóloga de cine. La vida de esta falcesina, que no aparenta los 80 años que tiene, es de esas vidas de ejemplo. Bien pudiera haber servido de guión para una película de las de varios oscar, en la que ella misma brillara como estrella y actriz. La peli comenzaría en 1953. Imagínensela, de becaria, con 24 años, rubia, alta, guapa... en aquellos polvorientos campamentos de excavaciones de Italia y Sicilia, o en las escenas del desierto, bajo el enorme sol rojo de Tetuán o Lixus, siempre con pincel y sombrero, aprendiendo arqueología, al ritmo de la monótona música del Magreb. En otra secuencia, ya en Pamplona, en el 57, le veríamos como la primera chica funcionaria de Navarra, directora de un museo que había que construir prácticamente desde la nada y en el que sólo habría una estufa en la que se calentaban por invierno sus tres únicos trabajadores: la directora, el portero y el conserje. Una secuencia de 42 años de escenas como directora de aquel, entonces, frío museo. Luego vendrían las tomas en el arcedianato de la catedral y la plazuela de San José, donde nuestra protagonista demostraría que el geógrafo Estrabón tenía razón al decir que Pompaelo fue fundada por las legiones de Pompeyo en el 72 a.d.c. Los travellings por Andelos, Arellano, o las más de cien excavaciones arqueológicas que ha realizado, juntando los "cachitos y trocitos" del ADN romano de nuestra historia.Incluso la comilona del Napardi, cuando le dieron el gallico, también daría juego. En fin, un guión de película que todavía está bierto. Nuestra actriz sigue escribiendo, inaugurando excavaciones como la de Andelos este pasado miércoles y, sobre todo, disfrutando de sus 6 hijos y 14 nietos. Seguro que Félix Viscarret o Calvo Butini sabrían sacarle brillo a una historia como ésta.
Publicado en Diario de Navarra el 12 abril de 2009.
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domingo, 5 de abril de 2009

Miguel Angel Baron

El Lictor del Fascio. Quizá muy pocos sepan que detrás de Poncio Pilato, prefecto de Judea, siempre se movía una sombra inseparable, era el Lictor, una figura entre ministro de justicia y jefe de policía, que ostentaba con su fascio, el poder de justicía y ejecución. Seguramente aquel Lictor, presenció los latigazos al Ecce Homo y, sin lugar a dudas fue él, quien ordenó al centurión que profesionalmente diera el tiro de gracia con su lanza al Nazareno, aunque ya fuese tarde y todo estuviera entregado. Barón, ciudadano de Pompaelo de XLVII años es el encargado, dentro de la Hermandad de la Pasión, de representar esta figura histórica. Lo hace desde que, con XVII años, cuando en Navarra gobernaba AMADEUS MARCUS, recibiera el fascio y el traje de las propias manos de su padre, quien con orgullo y honor había sido Lictor de Roma de la Hermandad desde MCMXXXIX. En la procesión de Viernes Santo, con sus L kilos de armadura y las garrillas al aire, desfila delante de trompeteros y del VEXILLIUM o porta estandarte, el del SPQR, que dicho sea de paso, no es otro que su hijo Miguel, que todo queda en familia. Los legionarios y centuriones bajo su mando, en total V manípulos, sólo han entrado en combate en una ocasión, fue hace XX años, cuando un ejército de mercenarios bárbaros, apostados en la calle Calderería, atacó la procesión con botellas y piedras. En aquella ocasión, los romanos, pilum y gladius en mano, comandados por Barón y apoyados en los flancos por mozorros con cirios, cargaron contra los bárbaros haciéndoles huir como ratas. En sus ratos libres, cuando no manda tropas ni desfila, nuestro Lictor, periodista de profesión, es director de comunicación de la empresa M. Torres y preside la Asociación de la Prensa de Pamplona.

Publicado en Diario de Navarra el 5 abril de 2009.
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domingo, 29 de marzo de 2009

José Torregrosa

El vendedor de leones. Si tu perolo gasta ya unos años, pero todavía no tienes claro si realmente es el momento adecuado de cambiarlo por un coche nuevo, lo mejor, o peor, que te puede ocurrir es encontrarte con Torregrosa por la calle o, simplemente, acercarte por su concesionario de automóviles. Eres hombre muerto. Ya has caído. No hay retorno. Con una sonrisa de oreja a oreja y simpatía embriagadora va tejiendo poco a poco su tela de araña: que si el abs, que si las llantas... Si dudas o remoloneas, zas, se transforma en Merlín el mago, y de su chistera saca regalos y descuentos. Y al rato, con esa sonrisa de idiota que tenemos todos en estos casos, te ves saliendo por la puerta del concesionario, tan contento, todavía con el bolígrafo en la mano, que te ha regalado después de firmar y sin saber muy bien si estás en un sueño o sales de una película. YA TE HA VENDIDO UN LEÓN. Este león de las ventas nació en Pamplona cuando los coches se compraban con recomendación y tenías que tener enchufe para que te lo dieran en menos de dos años. Era 1949, y su padre acababa de montar un taller de automóviles. Un taller en el que José aprendió a ser empresario, a invertir y a crecer, convirtiéndolo en un próspero concesionario, siendo también pionero en las técnicas de marketing y publicidad del sector, y haciendo de su tienda un lugar de encuentro y de amistad. Su otra pasión, además de la venta de coches, es la fotografía, en la que también fue precursor en el uso del angular y donde, sobre todo, aprendió a ver, mirar y apreciar los detalles de la vida. A pesar de estar entre leones, incluso él mismo ser un león, en 1995 recibió el zarpazo de un monstruo llamado terrorismo, que le quemó el concesionario porque vendía una marca francesa. Otro habría tirado la toalla, pero él no se fue, y ahí sigue, como un león.

Publicado en Diario de Navarra el 29 marzode 2009.
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domingo, 22 de marzo de 2009

Pancho Egozkue

Gasolina en las venas. El villavés nació en Baja California hace ahora 53 años, en la hacienda de ganado que sus padres, oriundos de Loizu, en el valle de Erro, habían levantado con éxito en el país mexicano. En aquel rancho, rodeado de vaqueros a caballo, furgonetas y rancheras, se sentía tan libre y feliz como asilvestrado. Con 8 y 9 años conducía los coches de la finca, aprendiendo a derrapar y haciendo carreras con sus hermanos, a los que siempre ganaba, en un circuito hecho con bidones. El destino le había echado el anzuelo del motor, y Pancho, sin darse cuenta, ya se lo había tragado. Pero lo bueno, dicen, dura poco y a Pancho, con 10 años, le trajeron a estudiar a Lecaroz y al Redín. Estaba triste, pero sobre todo nostálgico. Un día, sin embargo, desde Burlada, escuchó al otro lado de la colina el inconfundible rugido de los motores enfurecidos. A todo gas, subió la loma y, con los ojos como faros y el corazón a tope de revoluciones, observó que en Navarra también había carreras de coches. Era la entonces mítica Subida a Badostaín, y se dijo a sí mismo que algún día la ganaría. Se quedó corto el chaval. Ganó Badostain, Urbasa, Jaizquibel...cinco campeonatos de España y dos campeonatos de Europa de subida de montaña. Lo hizo él solito, sin apenas ayudas y, como los laureles del motor son caros, después de todo este palmarés, en 1994 se arruinó y dejó de competir. María Jesús, su mujer, que siempre le había dicho que ella era feliz, viéndole a él feliz, le comentó: “Pancho, sonríe, lo que tú has hecho, lo han podido hacer muy pocos, y has llevado a tu Villava y a tu Navarra muy lejos”. Ahora, desde 2002, con otra perspectiva y sin la presión de tener que ser el nº 1, sigue disfrutando de su pasión, y en cada subida saborea sentirse uno con su pareja mecánica; y relajado, pero con genio, baila unido a su coche al ritmo de las curvas de la carretera.

Publicado en Diario de Navarra el 22 marzo de 2009.
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domingo, 15 de marzo de 2009

Aurelio Sagaseta

Maestro de la capilla de música de la catedral. Lo de que la música amansa a las fieras, aunque cierto, siempre me ha parecido una ordinariez, pero sí que es verdad que, de todas las artes, es la música la que más transciende la mente para acariciar el espíritu que está detrás. Escuchar melodías sacras en una catedral es aún otro paso más, y Aurelio Sagaseta, con su música de capilla, es el encargado de evocar y hacernos recordar que lo sublime es solamente un reflejo de un mundo que existe, pero que no podemos ver. Dicho así, bien pudiera parecer que Sagaseta hubiese nacido en el Olimpo de los dioses, pero en realidad nació en un caserío de Ituren el día de San Pantaleón, en 1935 y, afortunadamente, como él mismo dice, sus padres tuvieron el gusto de llamarle Aurelio. En aquellos tiempos -sabia costumbre-, los organistas de pueblo enseñaban solfeo a los chavales y, como Aurelio parecía que tenía oído, además de oreja, el organista le siguió pagando en Pamplona los estudios de música, mientras se hacía cura en el seminario. Una oposición de 4 días le consagra como maestro de capilla en 1961; amplía estudios en Roma y también saca la cátedra de armonía del Pablo Sarasate. Con este bagaje, cuida, cataloga, y transcribe 802 años de historia musical que, a su vez, otros ¿Kapellmeister¿ habían compuesto para nuestra catedral. Además de componer, este canónigo forma, gestiona y dirige el coro de cantores e instrumentistas de la capilla, que se alimentan del cabildo y del caché que perciben de algunas de sus 60 actuaciones anuales. Como no se reparten el botín, los ingresos los emplean en viajar por medio mundo para mostrar la música sacra navarra, de la que también han grabado 13 CD.
Quizá no sepan que, antiguamente, a esta figura se le denominaba "Chantre", y tenía asignadas las posesiones de la Chantrea. En fin, que si Sagaseta se pone tonto, bien podría reclamar todo el barrio para estar más ancho cuando compone.
Publicado en Diario de Navarra el 15 marzo de 2009.
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domingo, 8 de marzo de 2009

Alfonso Nieto

El entrañable Profesor. Ahí donde lo ven, a sus 76 años, jubilado de la docencia desde el 2002, que no de la investigación, este experto mundial en empresas de comunicación y negocio mediático, profesor de más de 30 generaciones de periodistas en la Universidad de Navarra, rebosa vitalidad y alegría mientras se mueve en las nuevas tecnologías, Internet y telefonía móvil como pez en el agua. La envidia, sin lugar a dudas, de frikis y ejecutivos pijos, doctorados en presumir de tecnología. Conoce, y lo afirma con contundencia, que dentro de muy poco casi todo estará dentro de un móvil no más grueso que una tarjeta de visita. Pero nuestro profesor no necesita tarjeta, dicen que la sencillez es la tarjeta de visita de los sabios y, además, tampoco le cabrían en una tarjeta convencional todos los honoris causa, la cátedra, el decanato, el rectorado de la uni, la medalla de oro de la Universidad de Navarra... Además de ir al monte para disfrutar de la naturaleza y los amigos, le gusta enredar y ciriquiar con el tiempo. Arregla relojes antiguos, y su teoría de que el tiempo es propiedad del ciudadano y que el periodista y los medios de comunicación deben conquistar ese tiempo para seguir subsistiendo, ha revolucionado el mundo de la empresa informativa. A nivel personal tiene pasión por dar vida a ese tiempo. Él sabe que los relojes sólo marcan la hora, pero no señalan el tiempo y, como bien dice, únicamente entendemos ese tiempo cuando al comienzo y al final vemos la eternidad. Esta perspectiva y su vinculación al Opus Dei desde los 19 años han enriquecido su vida y, quizás por esto mismo, cuando le pregunto cuál es la mejor lección magistral que se puede dar al prójimo, se le ilumina el rostro de alegría y responde: “SONREÍR”. Está claro. Este hombre no necesita tarjeta de visita.
Publicado en Diario de Navarra el 8 febrero de 2009.
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domingo, 1 de marzo de 2009

José Luis Molins

El Guardián de la memoria. Visto así, de primeras, con esa puerta siniestra, las tres cerraduras y la llave oxidada, nuestro pobre Molins bien pudiera parecer ‘El Amo del Calabozo’. Por suerte, su elegante chaqueta de paño inglés y la cara de buena persona que tiene no dejan lugar a dudas, José Luis no es el señor de las mazmorras. De cualquier manera, sí que hay algo de mágico detrás de esa portezuela y sus tres cerraduras; hay tesoros, y, de la misma forma que los ‘Beefeater’ ingleses cuidan el tesoro de la corona británica en la Torre de Londres, Molins, sin alabarda ni arma alguna, pero con sabiduría y dedicación, custodia desde hace 33 años la memoria histórica de Pamplona desde su garita de archivero municipal. Detrás de esa puerta están todos los documentos que ha producido el ayuntamiento desde 1423, año de la unión, 150 años de fotografías, colecciones de periódicos, libros, objetos de lo más variado, y Molins gestiona y organiza ese proceso documental de principio a fin para garantizar al ciudadano los derechos de consulta e intimidad. Aunque trabaja con el pasado, siempre procura vivir el presente mirando al futuro y quizá por eso haya apostado por un proceso de informatización ambicioso e imparable. Como se puede ver, es un archivero de puertas adentro, pero tampoco olvida mediante la publicación de libros esa labor de difusión y divulgación que debe ser compromiso de los que saben. Y como los que saben deben opinar y dar la cara, consiguió recuperar para la ciudad el portal de Taconera, y con su dimisión del Consejo Navarro de Cultura evitó que nos plantaran el museo de arte contemporáneo en mitad de un baluarte de la Ciudadela. Yo me quedo, además, con esa faceta de gran conversador, que no hablador, de humor dulcemente irónico y sabor socarrón. Tiene ahora 63 años


Publicado en Diario de Navarra el 1 marzo de 2009.
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domingo, 22 de febrero de 2009

Las Hermanas Flamarique

Las primeras joteras. En aquellos lánguidos años de posguerra, en los que casi todo era triste, la televisión todavía no hablaba y, aunque la radio no callaba, repetía machaconamente las mismas cuatro canciones, dedicándolas siempre a los mismos pesados que las solicitaban; se cantaba, sin embargo, por la calle. Se canturreaba en los trabajos, en los balcones, incluso cuando se iba a comprar el pan y el vino, como Marcelino. En ese contexto aparecen nuestras chicas, Vitori y Encarna. Las dos tafallicas entonaban a diario canciones mientras hacían las camas o extremaban, (qué palabra más bonita: extremar), y Sixto, el vecino de la droguería de abajo, que a la fuerza tenía que tener buen oído, las recomendó para cantar en un festival benéfico en el teatro Gorriti de Tafalla. Era el año del Señor de 1948. Sólo tenían aprendidas dos jotas, pero gustaron tanto que las tuvieron que repetir hasta aburrirse ellas, que no el público. Aquellos aplausos fueron el comienzo de 40 años repletos de más aplausos tras sus jotas. Sin duda un fenómeno singular, el de aquellas dos niñas prodigio, que no estudiaron música, nunca cuidaron sus gargantas, aprendieron todo a oído y jamás utilizaron micrófono, pero siempre tuvieron claro, como dicen las dos, casi a dúo:”que la jota es voz y sentimiento. Debe llevarse dentro y, para que sea brava, como la jota navarra, le tienes que poner alma y echar hasta el hígado si hace falta, porque si no, no luce”. Después de esto, debo decir que lo del hígado, no sé, pero sí que es cierto que, con su chorro de voz, rompieron un estudio de grabación y tuvieron que ir a un teatro para finalizar el disco. Todo ello en una época en la que lo del ‘Power Woman’ no había aparecido todavía, así que, imagínense lo que habrían sido ahora nuestras primeras joteras. Se me olvidaba, entre las dos cantan 159 años.

Publicado en Diario de Navarra el 22 febrero de 2009.
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domingo, 15 de febrero de 2009

Txumari Alfaro

El de ‘La botica de la abuela’. Si Julio César, conquistador y genocida de la Galia, hubiese tenido a Txumari de asesor de sus legiones, ni Astérix ni Obélix habrían pasado a la historia. Alfaro conoce la poción mágica de ‘Panoramix’, el ‘Viscum Album’, o muérdago y, con el brebaje en sus manos, el dictador romano hubiese exterminado también a nuestros simpáticos héroes galos. Afortunadamente para Astérix, Txumari nació algo más tarde en la Bardena, en Arguedas, y como los druidas, su edad es indefinida... vamos, que no me la quiso decir. De su madre y de su abuela Villar descubrió la magia de aquel armario lleno de hierbas, donde había de todo, como en botica, y que servía también para casi todo. Aquella fascinación por ungüentos, brebajes y pócimas le llevó a estudiar, viajar e investigar la medicina antropológica de nuestras abuelas, para convertirse, como dice él, en notario de aquella sabiduría del pasado. Notario, no sé, pero fenómeno mediático, sí que es. Nadie en este país ha logrado tener su programa de tv en las 6 cadenas nacionales, ni siquiera el Gran Wyoming ni los Teleñecos. Además, le da para todo, entre programas de tv, bálsamos y cataplasmas ha escrito 10 libros, el último todo un best seller que va por las 180.000 copias. El habla siempre de su medicina como paralela, que no alternativa, y aconseja ir al médico, porque ambas medicinas son compatibles. Como los curas, y ahora los cocineros, Alfaro piensa que el Amor es el remedio milagroso, la medicina más poderosa que existe. Yo, que soy más pragmático, le pedí un remedio para engañar las alcoholemias de los foralines y picoletos, y me lo dio. Existe, es el ‘NUX VOMICA’, es legal, se vende en farmacias y en media hora reduce drásticamente el nivel de alcohol en sangre. De cualquier manera, como decía mi amigo Stevie Wonder, y también Txumari: SI BEBES, NO CONDUZCAS.
Publicado en Diario de Navarra el 15 febrerode 2009.
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domingo, 8 de febrero de 2009

Pedro Bueno

Joyero, viajero y mercader. Los jesuitas, anda que no son listos para estas cosas, ya descubrieron en él un diamante en bruto, y le querían en el seminario, para luego ir puliéndolo de cara a su Compañía de Jesús. Pero no fue así, y en 1946, con 14 abriles, se puso la bata negra de maca y entró de eso, de maca, en una joyería de su Pamplona natal. Poco a poco, aquel diamante en bruto se fue puliendo a sí mismo, e intuyó que aquél mundo de las joyas podía darle brillo a su vida y, como buen emprendedor, montó su primera tienda de alhajas. Rodeado de oro, gemas, diamantes o perlas, no sólo era un fenicio vendedor de lo que compraba; con sus manos, imaginación y sensibilidad, como si de un alquimista se tratara, convertía aquella naturaleza muerta en arte, belleza, luces y brillos. Pero además de fenicio creativo, Pedro es mercader y viajero compulsivo, un Marco Polo con americana y corbata. Comenzó visitando ferias en el Lejano Oriente, cuando a China, por ejemplo, no iban occidentales. Compraba marfiles, corales, jades y antigüedades que luego vendía en USA y Europa. Ha sido viajero, que no turista, por 105 países, y dice que ésa ha sido su mejor universidad. En uno de esos viajes, en Yamaguchi, descubrió a Francisco de Xavier. Dice que se lo encontraba por todos los rincones en forma de estatua o recuerdos, y acabó hablando por las noches con él, mientras admiraba los brillantes del cielo japonés. Como Mac Arthur en Filipinas, le dijo al santo: “VOLVERE”, y así lo hizo años más tarde, ayudando a la reconstrucción de la iglesia del santo en Yamaguchi, y otras cosas más. Fue también presidente de la Cámara de Comercio, pero, visto todo lo anterior, resulta anecdótico, ¿no?

Publicado en Diario de Navarra el 8 febrero de 2009.
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domingo, 1 de febrero de 2009

Antonio Armiño

El conserje de las urnas. El escudo de armas de los Borbones, de madera labrada y policromada tiene 274 años; el humano con la urna de votaciones, sólo 60, todo un chaval, si se compara. Aunque las malas lenguas dicen que nació en el Ayuntamiento de Pamplona, y todavía con chupete ya era funcionario, la realidad es que llegó al mundo, por casualidad, en Novillas de Aragón, a la que pasaba por allí, pero a las pocas semanas ya estaba en su auténtico hogar, las casas de San Pedro de Pamplona. Sí que es cierto que sacó la oposición a ‘chispas’ del ayuntamiento siendo un crío de 24 años. Luego, oposición tras oposición, dejó lo de la electricidad para convertirse en jefe de ordenanzas y encargado de las oficinas municipales. Por sus pasillos han pasado los cuatro alcaldes democráticos, y ha tenido que enseñar usos y costumbres a éstos y a docenas de concejales noveles. Pero Armiño es ante todo un hombre popular. En realidad, es como el espíritu santo del ayuntamiento, está siempre en todos los sitios y saraos: cohete, procesiones, conciertos... lo mismo vale para un roto que para un descosido, organizando y cuidando de todos los pequeños detalles para, como él dice, “disfrutar y ver disfrutar a los demás de que todo salga bien”. Lo ven ahí, con la urna, porque soporta desde hace 25 años el peso y la responsabilidad de organizar toda la parafernalia de las elecciones de Pamplona, mesas, papeletas, cabinas urnas..., y nunca se ha equivocado. Ahora que ya le toca retirarse evoca emocionado que su día más triste como funcionario fue el de la despedida de Tomás Caballero; al margen de esa fecha, recuerda su trabajo con alegría y satisfacción. En esta tierra que tanto criticamos a los funcionarios y, sin embargo, tanto les debemos, no estaría mal el ir pensando en levantar un MONUMENTO AL FUNCIONARIO DESCONOCIDO. ¿Quizá en la calle San Nicolás?, No sé, denle una vuelta a la idea.


Publicado en Diario de Navarra el 1 febrero de 2009.
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domingo, 25 de enero de 2009

Sergio Sánchez

El ejecutivo del capote. A San Fermín, nuestro querido Santo, le debieran proclamar patrono de las compañías aseguradoras. Se lo ha ganado a pulso, convirtiendo su capotillo en el mejor seguro de vida para los corredores de encierros. Sin quitarle mérito, y con todo respeto, estoy convencido de que el muy "pícaro" hace trampas; está en otra dimensión, ve lo que va a pasar y actúa. Vamos, que juega con ventaja y siempre se guarda ases en la manga. Uno de esos ases que tiene el santo es el Cirbonero de 40 años Sergio Sánchez, ex matador de toros, alto ejecutivo de la compañía aseguradora Mapfre, y doblador de encierros en Tudela y Pamplona.
Sin duda, junto con los pastores, y los otros tres dobladores, la mano derecha del santo para los encierros, un experto en cuidar la vida de los corredores. El mundo del toro en el que comenzó con 14 años matando un becerro, le hizo matador durante 10 y le proporcionó amigos eternos, le forjó también como hombre en valores como la responsabilidad el compromiso y la seriedad.
Dice que se siente más a gusto con el traje de ejecutivo que con el de luces, porque se pasa menos miedo, pero que con ambos hay que ser serio y sincero "No puedes engañar ni al toro ni al cliente, porque ambos te acaban pillando". A diferencia del despacho de Tudela, en el encierro, como doblador, asegura la vida de otros arriesgando la suya propia. Eso, en los Estados Unidos lo llamarían héroe o valiente tapándole el pecho con medallas y condecoraciones. Seguro que si Sergio fuese yankee, su capote tendría más condecoraciones, honores y galardones que la capa de cualquier tuno español.



Publicado en Diario de Navarra el 25 enero de 2009.
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domingo, 18 de enero de 2009

Xabier Landa

Fotógrafo, cocinero, diseñador...y baztanés. Hay una raza especial de individuos que tienen la capacidad y el salero de sembrar en diferentes huertas, y recolectar siempre frutos con sabor y calidad. Es gente especial, donde la haya, y escasa. En Irurita, donde nació hace medio siglo, le sembraron y regaron para crecer en la sensibilidad. Tocaba el piano y pintaba cuadros a los 7 años, y su aita, el inventor, le obligaba a cortar la leña con escuadra y cartabón para acariciar lo perfecto en lo cotidiano. Su madre, que tenía un taller de 20 modistillas, zurció en su carácter el saber mirar y el buen gusto. Como buen baztanés, (son aventureros y emprendedores), con sangre agote por sus venas, e inquieto y curioso como una portera, cogió una máquina de fotos y se hizo fotoperiodista, especializándose y brillando en casi todo. A Jorge Oteiza le gustaban sus fotos, le hizo su fotógrafo y entre ambos lograron fundirse en una aleación de amistad eterna, a tal punto que, hasta su muerte, rezaban el rosario juntos todos los días. Por cambiar de huerta, como decía al principio, aprendió cocina con Arguiñano y otros, y montó en su Irurita natal el restaurante La Taberna del Fotógrafo, que convirtió durante 10 años en un cenáculo de gastrónomos, culturetas y gente vip que tenía que pedir reserva con recomendación. En la actualidad, desde hace unos años, riega una empresa de diseño y comunicación especializada en gastronomía, siendo de los pocos fotógrafos, si no el único, que cocina los platos que tiene que fotografiar, y sus clientes demandan sus fotos de medio mundo. Él dice que todo este recorrido no habría tenido luz ni color sin Carmen García Romero, Maika, la periodista que le ha puesto letra a sus contenidos, su mujer, socia y compañera de huertas.
Publicado en Diario de Navarra el 18 enero de 2009.
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domingo, 11 de enero de 2009

Iñaki Fresán

El barítono. Pensarán que tener en la escalera un barítono que ensaya 5 horas diarias tiene que ser como para cortarse las venas cada mañana con la cuchilla de afeitar, mientras intentas ahogarte con el zumo de naranja, por si falla lo de la navaja. Pues no. Tiene a sus vecinos de Madrid encantados. Los niños se duermen, las abuelas le aplauden por la escalera cuando les regala con música de zarzuela, incluso algunos le hacen segundas voces mientras tienden la colada. Este es Fresán, pamplonés de Beire de 52 años, la alegría en forma de voz cálida, acogedora y envolvente. Un músico de instrumento natural que se ha forjado a sí mismo, y que sin las influencias de los medios, aunque estudió periodismo, ni los divismos del ramo, es reconocido internacionalmente si bien todavía, no sea profeta en su tierra, en su Navarra. Así suele pasar, y con razón dice que ser músico en España, es como ser torero en Finlandia. Su madre le cantaba antes de nacer, y todavía a gatas, su familia dice que ya entonaba. Estudió música en el conservatorio y la soprano Victoria de los Ángeles fue su Yoda en lo del bel canto, y así en 1975 comenzaron los conciertos, los viajes, los premios, el aprender alemán, italiano, francés y hasta ruso. Aunque hace 3 óperas al año, se encuentra más libre y cómodo con los 30 recitales u oratorios que hace por temporada. Nuestro cantante, además de alegre y vital, es un tipo elegante. Es tan refinado que incluso en alguna cena tras el concierto, en compañía de reyes, presidentes o aristócratas adinerados de sangre roja, le han pedido copas confundiéndole con el camarero. Ya saben, si le ven de pingüino, como en la foto, por favor, no le pregunten donde está el baño, pídanle que les regale un trocito de su voz.
Publicado en Diario de Navarra el 11 de enero de 2009.
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