domingo, 18 de mayo de 2008

José Mari Asín

Actor. parecido a lo que le ocurrió a San Pablo cuando quedó cegado por la luz que marcó su destino de por vida, le ocurrió a José Mari Asín cuando con 17 años, en el 73, acudió al Teatro Gayarre, a gallinero, por supuesto, y quedó fascinado por la obra Terror y Miserias del III Reich, de Bertolt Brecht. En aquel momento dijo “ yo tengo que hacer esto “. Y el de Cadreita se metió en el Lebrel Blanco. Y de la batuta de Valentín Redín aprendió los compases de la escena, y de Chaplin el vocabulario del silencio. Y si un actor conecta con el público a través del silencio, el momento tras los aplausos es sublime, y él lo ha experimentado. Ha realizado 50 funciones diferentes y 12 películas, de la mano de directores como Narros o Montxo Armendáriz, entre otros, y no ha hecho más por que en su momento optó por vivir en su ciudad, en sus raíces, en detrimento de su proyección de trabajo. Una decisión dura para un ACTOR con mayúsculas, pero seguramente elegida con sabiduría. Asín ha escogido un camerino para hacerse la foto reflejado en un espejo, el símbolo que une realidad y ficción. Un lugar de reflexión, para interiorizar y tener claro que la ficción es mentira, y la vida es de verdad, aunque parezca mentira.Actor. Algo parecido a lo que le ocurrió a San Pablo cuando quedó cegado por la luz que marcó su destino de por vida, le ocurrió a José Mari Asín cuando con 17 años, en el 73, acudió al Teatro Gayarre, a gallinero, por supuesto, y quedó fascinado por la obra Terror y Miserias del III Reich, de Bertolt Brecht. En aquel momento dijo “ yo tengo que hacer esto “. Y el de Cadreita se metió en el Lebrel Blanco. Y de la batuta de Valentín Redín aprendió los compases de la escena, y de Chaplin el vocabulario del silencio. Y si un actor conecta con el público a través del silencio, el momento tras los aplausos es sublime, y él lo ha experimentado. Ha realizado 50 funciones diferentes y 12 películas, de la mano de directores como Narros o Montxo Armendáriz, entre otros, y no ha hecho más por que en su momento optó por vivir en su ciudad, en sus raíces, en detrimento de su proyección de trabajo. Una decisión dura para un ACTOR con mayúsculas, pero seguramente elegida con sabiduría. Asín ha escogido un camerino para hacerse la foto reflejado en un espejo, el símbolo que une realidad y ficción. Un lugar de reflexión, para interiorizar y tener claro que la ficción es mentira, y la vida es de verdad, aunque parezca mentira.
Publicado en Diario de Navarra el 18 de mayo de 2008.
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