domingo, 28 de septiembre de 2008

Atxen Jiménez


La historia del gusano que se comió la manzana. Las peñas de nuestras fiestas suelen reflejar, a su manera, la realidad social del momento, y pocas veces se equivocan. La del Cierzo de Tafalla ilustró su pancarta de 1994 con una caricatura de la tafallesa Atxen, a la que le apodaban 'El Gusano', porque ya se había comido media manzana de la plaza. Y no exageraban. Atxen recibió de su madre el saber de los guisos; de su padre, el don de gentes; y de ambos, un modesto comedor, como dice ella, "propio de una película de Fellini", para no más de 30 comensales. Así nació el Tubal, que, ampliación tras ampliación, llegó a tener capacidad para 400 cucharas, amén del prestigio internacional. La tafallica, elegante y presumida, que tiene más zapatos de tacón alto que Imelda Marcos, cuenta que aquellos cocineros de la New Cuisine Vasca le abrieron el apetito de aprender y renovar. Dormía siempre con un libro de fogones bajo la almohada, y al despertarse, ella, que es sal y pimienta de sus platos, se preocupó por mantener la esencia de la cocina Navarra, diferenciándola y mejorándola, y logrando que quienes vienen de fuera reconozcan que la gastronomía navarra huele a verde y sabe a naturaleza. Pero quizás el plato fuerte de su personalidad sea el cariño y la sonrisa con que sazona a sus clientes. Se le asoman las lágrimas cuando reconoce, mientras toca el piano, que lo más sabroso de su trabajo es el regalo de afecto que recibe de sus comensales. El muñeco no sé qué años tiene, parece joven, y Atxen acaba de llegar a los LXV.

Publicado en Diario de Navarra el 7 de septiembre de 2007. Pincha en la imagen para ver la página completa.

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