domingo, 30 de noviembre de 2008

Jesús Riaño

Periodista de raza. A sus 65 años, este cronista deportivo, como dicen ahora los chavales, sigue siendo un crack. Es de esos personajes con los que te meterías en un episodio de La Guerra de las Galaxias, a sabiendas de que ibas a hacer unas risas y que la aventura tendría un final feliz. Además, si le observan, me reconocerán que tiene un cierto careto cinematográfico y da bien en pantalla. Reconozco, y él también, que lo suyo es enfermedad. Con 14 años ya compraba periódicos y escribía las crónicas de los partidos de su colegio, los maristas y, como se ve, todo le conducía a la Facultad de Periodismo. Al acabar, comenzó un largo partido profesional con el equipo de Diario de Navarra y, aunque fichó también por Marca, Norte Deportivo y otros medios sudamericanos como corresponsal, es en el equipo de Cordovilla donde sudó la camiseta y disfrutó metiendo goles informativos a la competencia, a veces con un alto coste de vida privada y familiar. El muy pícaro, al principio, era de la Real, porque nació en Pasajes, pero un amor en evolución le pintó poco a poco el corazón de Rojo Osasuna. Es un forofo incombustible, pero reconoce que, como profesional, “no puedes escribir con la camiseta puesta”. Recuerda con cariño aquel Stuttgart-Osasuna, así como a Urban, Ezcurra o Zabalza como lo mejor de los rojillos. Ahora, a los 65 años, ha tenido que abandonar el equipo de Cordovilla, pero no se queda en el banquillo, ni tampoco viendo obras, como los de su quinta. Se ha montado su propia huerta informática, navarrasport, donde en vez de lechugas o tomates, sigue cultivando noticias deportivas.


Publicado en Diario de Navarra el 30 de noviembre de 2008.
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domingo, 23 de noviembre de 2008

Moisés Pérez de Albéniz

El cazatalentos. La historia nos ha regalado algunas personas, no muchas, como Cayo Cilnio Mecenas, o los Medici, que, sin obviar la perspectiva del pasado, apostaron por apoyar el arte emergente, buscando la potencialidad de los jóvenes artistas que querían esculpir el futuro. Quizás Moisés, sin el poder ni la pompa de aquéllos y, por supuesto, sin su fortuna, comparta ese mismo espíritu. El decorador pamplonés, de 55 años, respiró de su padre la fascinación por el arte contemporáneo y, tras realizar algunas películas para televisión, montó en la vetusta Iruña, hace ahora 12 años, la primera galería de arte contemporáneo. No entraban demasiados y, sin despeinarse, nuestro aventurero del arte tuvo que buscarse la vida fuera de su pueblo. Y fue a Arco, sí, -donde Pascal compró el cactus-, y a otras ferias y estudios internacionales, buscando e investigando nuevos autores para luego promocionarlos. Hoy en día, con un reconocido prestigio internacional, lo mismo cena con Arnold Schwarzenegger que con Botín, mueve a sus 14 hijos del arte, unos consagrados y otros por consagrarse, por ferias y exposiciones de todo el planeta. Aunque piensa que Velázquez sigue siendo The best, Moisés entiende el arte contemporáneo como un esfuerzo de generosidad y respeto de unos artistas que, mediante un lenguaje diferente, nos llevan a reflexionar sobre la problemática social del momento. Si quieren ganar dinero rápido, compren un Warhol, pero si buscan disfrutar, consigan algo que les guste, y con el tiempo... quién sabe.


Publicado en Diario de Navarra el 23 de noviembre de 2008
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domingo, 16 de noviembre de 2008

Carlos Eugui

El aviador. Si nuestro Carlos hubiera vivido en la Inglaterra de la Primera Gran Guerra, estoy convencido, dadas sus cualidades, de que se habría convertido en un as legendario de aquellos biplanos de guerra. Incluso, posiblemente, se hubiese tenido que batir con Von Richtofen, el Barón Rojo. No sé quién habría ganado aquel cara a cara, pero yo apostaría por el navarro. Para su suerte, el destino le hizo nacer en la Chantrea, 29 años después de 1918, fecha en la que el Barón Rojo fue abatido y tuvo que entregar el carné de piloto a San Pedro. El carné, el de Carlos, claro, lo sacó casi por casualidad en 1974, y al poco, con tan sólo la ayuda de una brújula en su avioneta, se embarcó en un largo vuelo deportivo que le ha dado 30 campeonatos de España y un subcampeonato del mundo. Con 23.000 horas de pájaro, también es comandante de Air Nostrum. Claro, ustedes no han volado con él, y a mí me resulta difícil transmitirles esa doble sensación de vértigo y seguridad de los picados, piruetas y vuelos a ras de suelo que se pueden experimentar con Carlos. Vamos, para que me entiendan, que Eugui es al avión, lo que Indurain a la bici. El aviador, dice, es más libre que el piloto, y allí arriba, comenta, el tiempo se espesa y se hace más lento, el espacio no se mueve y en la soledad del silencio del motor se ve todo distinto. Es como ser un pájaro inteligente admirando un entorno que sólo es así desde allí.

Publicado en Diario de Navarra el 16 noviembre de 2008.
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domingo, 9 de noviembre de 2008

Patxi Mangado

El arquitecto del adoquín. Todos me decían: a Patxi le sacarás con el adoquín de Baluarte, ¿no? Pues no. Mírenlo en su esencia, en su sencillez. Es como un niño ilusionado con su arquitectura de colores, intentando redescubrir nuevas formas que sirvan para vivir mejor, que unan más a las personas con su entorno, con su pasado y su futuro, para poder vivir armónicamente el ahora, el presente. Ahí donde lo ven, este niño estellés, que ya ha celebrado 51 cumpleaños, tiene estudios de arquitectura en Madrid, Barcelona, Mallorca y Pamplona; construye la torre más alta de Sudamérica, tiene obra por todo el planeta, ostenta una cátedra en Yale, da clases en nuestra admirada escuela de arquitectura y es el promotor de la reciente Fundación Arquitectura y Sociedad. Además lleva una vida familiar normal y lee dos horas al día. Estos hiperactivos controlados ¨dan asco¨. Algunos piensan que el arquitecto es ese señor que acaba arruinando tus ahorros y transformando tus sueños en pesadillas para construir al final la estética de su propia gloria. Pero Francisco afirma que no dibuja con esos lápices. Dice que construiría la torre de Babel con inteligencia y comprensión, ya que la imaginación en arquitectura es muy peligrosa. Sólo desde la intuición ilustrada, con inteligencia y sensibilidad, se deben construir las soluciones a los problemas, diseñándolas siempre con perspectiva de servicio a la sociedad, y adelantándose incluso a lo que ésta demanda. Quizás por esto, además de hacer sus rayas, desde su nueva fundación pretende edificar un espacio de encuentro donde la sociedad pueda educarse y acercarse más a la arquitectura.

Publicado en Diario de Navarra el 9 de noviembre de 2009.
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domingo, 2 de noviembre de 2008

Luis Fernández Olaverri

El tendero de vinos. Dicen que la frase más triste del evangelio es aquella en que la madre, con sensibilidad de mujer, le dice al hijo: “ Jesús, no tienen vino”. El hijo, como buen hijo, remoloneó al principio, pero la Señora, como buena madre, ya sabemos qué cansas son a veces las madres, acabó saliéndose con la suya, y aquella simple agua quedó transformada en el mejor gran reserva que se haya podido catar. Luis Fernández, pamplonés de la Navarrería, con 12 lustros de añada, brinda por la genialidad del Nazareno, y piensa que, si no lo hubiese hecho, habría sido un `aguafiestas`, porque no puede haber boda sin vino. Nuestro tendero, que así le gusta definirse, bebió de joven la ilusión por el mundo del vino en el autoservicio de sus padres, y en el 79 creó la primera vinoteca de Navarra. Concibió la boutique no sólo como un lugar de venta, sino como un punto de encuentro en el que dar sabor y aroma a la cultura del vino. Con vitalidad desbordante crea el club de cata, la cofradía del vino, organiza cursos y viajes, y trae expertos. La botella más cara de su tienda es un Petrus 97 de 781€, pero él mismo piensa que el vino de 10 no existe, y el de 9,9 de nota, nunca debiera valer más de 60€. En el mundillo nacional del vino es conocido, además de por su profesionalidad, por la habilidad para crear versos, ripios y poemas sobre los caldos. Él dice que no es arte lo que escribe, pero que el vino sí es arte en sí mismo. El único arte que se puede beber.

Publicado en Diario de Navarra el 2 de noviembre de 2008.
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