sábado, 14 de julio de 2012

EL SABIO TAURINO Y EL CARETO DEL DIESTRO

A mí lo de los toros, qué quieren que les diga, como decían antes, ni fu ni fa. Eso sí, 35 años dándole al gatillo y además en burladero. Lo peor, sin duda, las 32 ferias que he tenido que soportar al aficionado madrileño, situado en barrera justo detrás de los foteros. Ya lleva 3 sin aparecer, así que creo que tengo derecho a darle la puntilla. Era un sabio taurino. Ya saben, que si esa estocá va corta, que si demasiada vara, hombre no, así no, por la derecha. Se levantaba, “Cano, Canito majo, tírame una foto y me la pasas por La Perla”. Todo ello aromatizado con el humo de un veguero de dos metros que me dejaba el pelo como un pergamino. Para completar, en el tercero sacaba las viandas. Un bocata blando de magras chorreando tomate que se empeñaba en compartir. ¡Qué majo!. Yo se lo pasaba siempre al del Noticias, que me llamaba ´cabrón´, pero se lo jalaba. Pero eso sí, lo mejor de los toros eran los caretos que lucían algunos diestros en la faena. Siempre iba ilusionado a ver si la tarde me brindaba fotos de morritos. ¿Se han fijado ustedes?. Qué altanería, que porte, que chulería, es como si miraran a todos y a todo por encima del hombro. Al principio creía que esas caras las ponían sólo los del sur, pero que va, nuestro Marquitos también. Yo no se como lo hacen. Cuando volvía a casa después de una faena de morritos y muecas, siempre lo intentaba en el espejo, pero nada, imposible. Hay que nacer.

Publicado en Diario de Navarra el 12 de julio de 20012

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